La respuesta depende de si te tomas en serio tu negocio. Cuando ofreces a tus propios clientes un producto o servicio de calidad, y te esmeras en conseguirlo.

¿No es lógico valorar adecuadamente el nivel de tus proveedores? Seguramente antes de decidir a quién le compras tus mercancías, o a quién contratas los servicios que necesitas, analizarás la relación precio-calidad. ¿No te merece la pena invertir un poco más en presentarte de un modo óptimo a tu público objetivo? Por supuesto, hay muchos niveles de inversión y presupuestos muy diferentes en función de los objetivos a conseguir, y no se trata de elegir necesariamente el servicio más completo, que quizá no sea asumible con nuestra capacidad económica. Lo importante es rentabilizar bien la inversión que podamos permitirnos. Y eso sólo se consigue con la ayuda de profesionales con una larga trayectoria en el sector, que puedan asesorarte para implementar la estrategia más adecuada a tu caso particular.

Lo barato sale caro también en diseño web

El famoso dicho es plenamente cierto en el sector del marketing online y el diseño web. Si tu sitio web es lento, no es visualmente armónico, no cumple los criterios de usabilidad, no está adaptado para verse desde un móvil o tableta, no está bien posicionado en Google o, lo más importante: no consigue que el potencial cliente se ponga en contacto contigo, cualquier esfuerzo o inversión, por pequeña que sea, no habrá sido rentable.
Por eso, los profesionales no ofrecemos un servicio barato, sino económico y de calidad. “Las cosas bien hechas, bien parecen”, y consiguen mejores resultados. Tu página web es tu presentación ante tu público; debes cuidarla para transmitir la imagen adecuada de tu negocio.
El diseño web requiere un enfoque multidisciplinar

Antes de implementar un sitio web para un cliente, analizamos sus necesidades, sus objetivos, su público objetivo y su competencia, con un enfoque multidisciplinar: diseño gráfico, desarrollo web y marketing online, incluyendo la usabilidad web, el posicionamiento SEO, y los parámetros que favorecen la conversión del visitante en comprador.

Un equipo de expertos bien elegido y “bien engrasado”, que esté acostumbrado a trabajar coordinadamente y que haya realizado numerosos proyectos en común es la mejor garantía de éxito.

Algunos errores de los “diseñadores web” aficionados

Muchos clientes nos contratan después de haber salido descontentos con un trabajo insatisfactorio que le ha hecho algún amigo, o un freelance que carece de la visión y la experiencia adecuadas.

Nos han contado casos de “diseñadores” que han dejado el trabajo a medias cuando se les presenta alguna dificultad o simplemente porque no están realmente implicados, que retrasan indefinidamente la finalización del trabajo, o incluso que secuestran el nombre de dominio, negando su traslado a otro proveedor, e impidiendo así que la empresa pueda avanzar.

Muy habituales son también los que tienen una especie de síndrome de Diógenes, y llenan el sitio web de widgets (programitas que hacen mil y una funciones inútiles aunque muy vistosas, a la vez que hacen muy lenta la carga de la página), acumulan colores y tipos de letra sin ton ni son… Todo esto lo que consigue es desviar la atención del visitante hacia lo que realmente te interesa: que el cliente obtenga la información que busca, y que tenga fácil contactar contigo.

También están los que buscan cualquier plantilla superchuli y la meten con calzador en el proyecto, sin pensar en las necesidades del visitante, sin analizar a la empresa ni a sus potenciales clientes. Los que desconocen que hay que teclear textos alternativos a cada imagen, determinar los nombres de archivo de páginas y fotos, siempre basándose en los resultados de un análisis SEO previo. Los que plantan una impactante presentación en Flash en la página de inicio (o en toda la web), porque no han oído hablar de indexación en buscadores. Los que no comprueban los enlaces erróneos, los que contratan el nombre de dominio sin alojamiento, o un alojamiento insuficiente, porque “era una ganga”.

Estamos acostumbrados a detectar y corregir este tipo de errores que han perpetrado aficionados y novatos, porque así nos lo piden nuestros nuevos clientes. A menudo, es más económico tirar el trabajo previo, para comenzar desde cero con unos cimientos sólidos.

 

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